En este día especial, recordamos a todas las hermanas que han caminado antes que nosotros, aquellas que con su vida y entrega han dejado una huella imborrable en nuestra congregación y en la vida de tantas personas. Agradecemos su ejemplo de fe, esperanza y caridad, y pedimos a Dios que nos dé la fortaleza para seguir sus pasos.
También es un momento para reconocer el trabajo incansable y el espíritu de servicio de todas las hermanas que hoy forman parte de nuestra comunidad. Su dedicación en la educación, la salud, y el apoyo a los más necesitados es un testimonio vivo del amor de Cristo y una manifestación concreta de nuestra misión.
Que este aniversario sea una oportunidad para renovar nuestro compromiso con los valores y principios que nos han sido legados. Sigamos adelante con la confianza de que Dios nos guía y acompaña en cada paso del camino. Que nuestra vida comunitaria sea siempre un reflejo de la unidad y el amor que proclamamos y vivamos cada día con la certeza de que, al servir a los demás, estamos sirviendo al mismo Cristo.
Gracias a todas por su entrega y su amor. Que el Señor nos bendiga y nos mantenga siempre fieles a nuestra misión.
Feliz aniversario, y que sean muchos más los años de servicio y entrega.